Adriana Millanés, lucha con valor por un cambio social

Buscando mejores formas para llegar a más comunidades, Adriana creó la Fundación Manos Entrelazadas mediante la cual ofrece asesoría legal y organiza jornadas sociales

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La sensibilidad que caracteriza a Adriana Millanés es tan intensa como sus fuerzas para trabajar por un cambio social en comunidades necesitadas y esas virtudes la han hecho una mujer reconocida dentro y fuera de Tijuana, su ciudad natal.

“Desde la primaria me di cuenta de que quería hacer algo diferente, siempre fui muy soñadora e idealista, siempre era la que andaba organizando los eventos de la escuela, las asambleas, las obras de teatro, la escolta, en todo quería estar y en todo andaba participando, eso fue desde muy chiquita”, dijo en entrevista la Dentista Cirujana egresada de la Universidad Autónoma de Baja California.

UN PASO A LA VEZ

La también actriz y locutora recordó que durante su etapa de estudiante de bachillerato se involucró más en todo lo que era para beneficio del estudiantado a través de las mesas directivas, las sociedades de alumnos, las graduaciones.

“Siempre estaba buscando formas de apoyar a grupos vulnerables en cuestión de servicio social, fue justamente ahí en la prepa cuando yo estaba en una disyuntiva entre ser cirujano dentista y ser abogada, porque me chocaban las injusticias, no toleraba ver como siempre ganaban los que tenían dinero y los que no, eran los que pagaban culpas, pero vivir en un país que hasta la fecha es machista, las personas a las que yo me acerqué a pedir consejo me dijeron que no, que mejor estudiara Odontología, porque el Derecho no era para las mujeres”.

Con una trayectoria de 25 años en la cirugía dental, Millanés trabaja desde el consultorio que montó con ayuda de su padre, también dentista y fuente de su inspiración, con el objetivo de dar sustento a los proyectos sociales con los que complementa su compromiso social.

“Durante mis estudios en la universidad teníamos que ir a las colonias a hacer servicio social y en esas colonias veía muchas injusticias y necesidades de niños y de mujeres que vivían la falta de recursos, de servicios, de educación, yo quería ayudarlos y organizaba jornadas de salud para llevarles entretenimiento, ropa y lo que necesitaran”.

CAMBIOS POR UN MEJOR MAÑANA

Siempre he sido muy social, muy amigable y la gente me conocía porque siempre estaba organizando algo, pero las cosas cambiaron un poco en 2001, cuando Adriana se convirtió en mamá y quiso dedicar su tiempo a atender a su hija.

“Asistía a todas las actividades de la escuela de mi hija y me invitaron a ser parte de la sociedad de padres de familia, ahí el director me dijo que quería que conociera una casa hogar y cuando llegó el día de ir, llevé comida y otros donativos para los 100 niños que ahí vivían, pero pasó algo que cambió mi vida. Al momento de recorrer las instalaciones en el área de cuneros me encuentro con la imagen más impactante de mi vida, que cambió mi existencia. Vi a un par de niños, de alrededor de 3 años, tocándose sus partes privadas y sintiendo placer. Ver esa situación me hizo investigar y descubrí que eran víctimas de violencia sexual, eran niños rescatados de hogares violentos. Con mis ganas de ayudar busqué estudiar un diplomado sobre abuso sexual y me comprometí a arreglar esa casa hogar, tanto sus instalaciones como en los servicios y el tratamiento que recibían los infantes”.

“Logré unir a empresarios, amigos y gente de la comunidad para remodelar y atender las necesidades del lugar, incluyendo la construcción de una pequeña escuela que además le permitía tener ingresos porque se convirtió en una pequeña escuela particular donde otros niños de los alrededores acudían a clases”.

Tras lograr ese proyecto Adriana continuó con su labor social apoyada por un grupo de amigos con los que impartía pláticas de prevención de abuso en escuelas, campamentos y otras organizaciones, todo de forma particular.

“Me fui conectando con abogados, psicólogos que me guiaban y apoyaban sin costo, conforme me fui involucrando y conociendo la problemática de turismo sexual que hay en esta frontera, donde hay muchas redes de pedofilia, todo eso me llevó a estudiar Derecho, cursé la licenciatura para ayudar a las mujeres y niños víctimas de abuso, ahí empecé a conectarme ya con autoridades municipales, gobernadores, diputados, con el DIF, incluso fui invitada tres veces a Los Pinos, por el presidente Felipe Calderón; he presentado iniciativas en el Congreso para que lo que yo hago desde hace 16 años, se haga obligatorio y gratuito desde las instituciones, pero nada ha avanzado, uno recibe atención en épocas de campañas pre electorales y es algo decepcionante”.

ENTRELAZANDO OBJETIVOS

Buscando mejores formas para llegar a más comunidades, Adriana creó la Fundación Manos Entrelazadas mediante la cual ofrece asesoría legal y organiza jornadas sociales en oportunidades apartadas. Además Adriana es parte de otras organizaciones como Club de Leones Chapultepec, Alianza de Mujeres por Baja California, la Red de Mujeres por Baja California, Mujeres por Mujeres, Alianza Civil y apoya al Club Rotarios en jornadas de salud.

“Desde mi asociación damos atención psicológica, atención legal, damos estas pláticas completamente gratuitas, todo este trabajo lo sustentamos con la venta de unos libros para colorear cuyo contenido promueve la prevención del abuso, estos ejemplares los ofrezco a empresarios, grupos, organizaciones, incluso a particulares que quieran patrocinar la impresión de 1, 100, 500 o los ejemplares que quieran o puedan, a mí cada libro me cuesta 50 pesos; por año necesitamos un promedio de 2 mil libros y si nos metemos a los campamentos llegamos incluso a unos 3 mil”.

SIN LUGAR PARA LOS MIEDOS

A través de esta labor con los menores, Adriana ha logrado rescatar a víctimas de abuso y de violencia por las que, en algunas ocasiones, ha recibido amenazas, sin embargo, su compromiso sigue firme y su convicción intacta.

“También atendemos a mujeres a través de pláticas y he echado mano también de expresiones artísticas como el teatro para hacer llegar mensajes de concientización sobre problemas sociales y situaciones de las que pueden ser víctimas las mujeres”.

“Obtuve los derechos para montar los Monólogos de la Vagina y desde el 2015 nos presentamos una vez al mes y con ella promovemos el tema de la violencia contra las mujeres, de esta forma alzamos la voz y demandamos ser escuchadas”, afirmó la dentista y abogada quien ha sido reconocida como Ciudadana del Año por el Grupo Salinas, Mujer del Año en 2018 a nivel nacional y fue candidata ciudadana a la alcaldía de Tijuana.

ADRIANA MILLANÉS

Fundación Manos Entrelazadas. Prevención del abuso sexual infantil y violencia intrafamiliar.

Teléfono: +52 664 246 4554

Email: fundacionmanosentrelazadasmx@gmail.com

Web: www.manosentrelazadas.org