Los felinos son animales territoriales y muy susceptibles a los cambios, lo que podría generar ansiedad e irritabilidad en su comportamiento.
A pesar de que los gatos generalmente muestran una actitud solitaria, son capaces de generar dependencia y vínculos sentimentales muy estrechos con sus tutores, lo que podría provocar que desarrollen comportamientos negativos que afectan la convivencia con su entorno.
Los especialistas en adiestramiento felino explican que los actos de celos pueden ser un peligro para ellos, sus dueños y las personas que estén en su entorno.
“Muchas veces vemos que un felino posesivo muestra agresividad o se esconde cuando llegan visitas lo que impide que la convivencia con las demás personas sea saludable”, expresan sobre las consecuencias que podría generar un gato celoso.
La mayoría de los animales marcan su territorio de diferentes maneras, por ejemplo en los espacios que consideran suyos dejan impregnado su olor por medio de la orina o frotando su pelaje en las superficies. Otro de los comportamientos que pueden mostrar es una actitud hostil cuando se siente amenazado.
Los felinos, al igual que los seres humanos, pueden ser posesivos con las personas que compartirán su afecto y momentos de diversión. Los expertos señalan que los celos es un sentimiento exclusivo de los seres humanos y que este tipo de actitudes en los animales recibe el nombre de “protección de recursos”.
Este tipo de comportamiento tiene diferentes motivos, entre ellos el preservar su bienestar y evitar situaciones negativas para ellos.
Los motivos de los celos
Los animales no entienden los “celos” como los humanos, en lugar de sentir que pierden algo que les pertenece, interpretan que su supervivencia corre peligro. Por ejemplo, el cambio de rutina atenta su “bienestar” y a lo que están acostumbrados, si regularmente la mascota solo vive con su dueño, cualquier cambio —aunque sea mínimo—, lo van a interpretar como una amenaza.
“La protección de recursos ocurre, sobre todo, con los gatos que no han sido debidamente socializados”, explican los especialistas sobre el principal motivo que genera este comportamiento.
La socialización en edades tempranas de los animales es la piedra angular para una relación saludable entre la familia y la mascota, de no realizarse podría conllevar a efectos negativos con todo su entorno.
El gato podría interpretar que ya no va a ser el “centro de atención” después de que llegue un nuevo integrante a la familia. La especialista en comportamiento felino detalló que incluso estas actitudes se pueden ver en muchas ocasiones cuando una pareja decide tener un hijo.
Un recién nacido requiere de muchas atenciones y como resultado el tiempo de calidad que se le dedica a las mascotas disminuye de manera significativa, por lo que el animal identifica al bebé como una amenaza y genera un ávido rechazo hacia él.
Los síntomas de un gato posesivo
Su estado de ánimo comunica qué es lo pasa por su cabeza, cuando está “sintiendo celos” puede desarrollar depresión o andar decaído por la casa, puesto que se siente abandonado por su dueño, explicó la especialista en etología felina.
También otra de las variantes que puede desarrollar es la hiperactividad para captar la atención de sus dueños, por lo que sí muestra alguno de estos dos estados de ánimo será importante consultar a un especialista en comportamiento animal.
“Un gato posesivo con su dueño puede mostrarse agresivo con otras personas, puede esconderse y se rehúsa a salir hasta que se vayan los desconocidos”, añadieron los expertos en cuanto a los problemas de comportamiento que puede presentar la mascota.
Todos los cambios que vaya a tener una mascota en su vida se deben de realizar de manera gradual, para evitar que desarrolle ansiedad.