Genera aprendizaje desde las emociones

La apuesta por un modelo de negocio en el ámbito de la educación llevó a Sandra a explorar sus habilidades de empresaria y conjuntarlas con su pasión por la enseñanza libre

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Ser madre soltera y contar con el invaluable apoyo de su familia llevó a Sandra Brigman a luchar por lograr consolidar un modelo de negocio en el ámbito educativo, luego de sortear obstáculos y varios años sin los resultados que ella buscaba. Felizmente hoy puede compartir su historia de éxito como una inspiración.

Ella toma el 2018 con año de fundación formal de Escuela de Naturaleza Kidwings, pero su historia inicia varios años atrás.

“Mi idea nace por ahí del 2009, cuando hice un workshop de desarrollo personal y nos hicieron pensar en qué podríamos hacer para servir a la humanidad, entonces mi idea fue crear una escuela de amor para niños, porque la semilla de todos los seres humanos está en lo que vivamos los primeros 7 años de vida”.

Plasmar esa idea como una forma de aportar para mejorar el mundo despertó en Sandra la inquietud de investigar más sobre el tema y trabajar en convertirla en un negocio que le retribuyera económicamente.

“Me sentí muy apasionada por el tema de la educación alternativa, tuve la oportunidad de hacer varios viajes por diferentes países y me puse a investigar varias filosofías como Waldorf, Montessori y otras corrientes de la pedagogía. Me sentí atraída por Waldorf, además conocí el concepto de Forest School y me agradó por la libertad que hay y la conexión con la naturaleza”.

MAMÁ VISIONARIA

Luego de sus viajes, Sandra regresó a Estados Unidos y en ese tiempo su mamá estaba en proceso de abrir un Daycare.

“Le ayudé a mi mamá a instalar su Day Care, inspirado en la filosofía Waldorf. Y años más tarde, al convertirme en madre, fue cuando toda esa pasión que tenía creció. Además, al ver que era  madre soltera tenía que buscar la forma de obtener ingresos sin descuidar a mi hija, no quería perderme sus primeros años de vida por tener un trabajo por el que me ausentara todo el día”. Era un momento difícil en la vida de Sandra, repartía su día en ayudar en el negocio de su mamá y trabajar como Uber, mientras recibía apoyos sociales para cubrir sus necesidades.

“En ese momento no tenía mucho ingresos, en el Daycare empecé a llevarme a los niños más grandecitos a paseos al aire libre donde los motivaba a aprender mediante el contacto con la naturaleza, al mismo tiempo inicié mis estudios como profesora de sistema Waldorf; luego trabajé en una Natural HomeSchool y eso me decidió a abrir mi propio negocio”.

UNA LUCHA QUE NO PENSABA PERDER

Abrir su negocio confrontó a Sandra con ella misma, puso a  prueba su resistencia y su capacidad en una lucha de la que no pensaba salir derrotada.

“No fue fácil, tiré la toalla muchas veces, porque me daba mucha tristeza ver que no llegaban niños y yo había dado alma y corazón en crear todo el programa, el website, hice toda la promoción, estudié, fui al College, hacía open house y llegaba una sola familia, eso me deprimía, no sabía qué era lo que estaba haciendo mal. El tiempo pasaba y yo no lograba atraer más niños, sólo tuve un niño registrado, así estuve por más de un año, luego tuve unos 6 niños. Y fue con la pandemia que mi negocio creció, porque con el encierro muchos niños no se adaptaron a las clases en línea y las familias buscaron nuevas alternativas”.

Sandra está convencida de que este largo camino para consolidar su escuela logró sortearlo gracias a la pasión que tenía por el tema y al enorme amor que tiene por su hija

“Creo que fue mi pasión y la fe que tenía en el proyecto lo que me mantuvo durante esos años. Y principalmente el amor por mi hija”

“Creo que fue mi pasión y la fe que tenía en el proyecto lo que me mantuvo durante esos años. Y principalmente el amor por mi hija. Pero hubo también otros factores que me hacían confiar en mi idea, como el hecho de que en ese momento, en San Diego, solo había dos Natural School y que mi familia me daba muchos ánimos, todo eso me hacía volver y volver”.

CREER EN SÍ MISMA. LA CLAVE

Hubo un momento en el que el desánimo de Sandra fue tanto que decidió irse a trabajar a otra Natural School.

“Ahí mismo estudiaba mi hija, ella ya tenía 4 años, entonces yo veía que en esa escuela llegaban hasta 4 niños cada día y yo me preguntaba por qué ahí si iban, si lo que yo ofrecía era muy similar y yo estaba bien preparada para realizar esas tareas”.

“Fue ahí que me entró una fuerza para seguir, se me quitó el miedo, y desde entonces me empezaron a llegar niños. Poco después llegó la pandemia y llegaron más niños, desde ahí todo ha sido crecer”.

SANDRA BRIGMAN

Fundadora y Directora

Escuela de Naturaleza Kidwings

Preschool, Kinder, Homeschool & Camps

instagram.com/kidwingsnatureschool

facebook.com/kidwingsnature