Rosalva Vásquez abre el cajón donde guarda el ‘tesoro’ de esta casa. Está casi vacío. Entonces muestra unas pequeñas cajitas con medicamento. “A los niños recién nacidos de madres positivas de VIH, les tenemos que dar esta medicina durante tres meses para evitar que desarrollen el virus… el problema es que el medicamento no llega desde hace meses y estamos en una situación urgente”, dice mientras recorremos las instalaciones de la fundación ‘Es por los Niños’.
A través de esta oraganización Rosalva es la conexión binacional entre familias que enfrentan el VIH en ambos lados de la frontera.
Rosalva es una mujer acostumbrada a luchar, y sabe que la falta de medicamento no la va a detener de seguir apoyando a familias que han sido afectadas por el VIH en la ciudad de Tijuana.
A través de esta oraganización Rosalva es la conexión binacional entre familias que enfrentan el VIH en ambos lados de la frontera.
Rosalva es una mujer acostumbrada a luchar, y sabe que la falta de medicamento no la va a detener de seguir apoyando a familias que han sido afectadas por el VIH en la ciudad de Tijuana.
Una de las medicinas cuesta 50 dólares y otra alrededor de 2,500. “Desde el cambio de gobierno hemos tenido muchos problemas para obtener medicamento”.
Y es que en Tijuana las cifras son altas, con un registro de detecciones de 14, 500 casos de VIH/ SIDA, de acuerdo a la Jurisdicción de Servicios de Salud de Tijuana.
La falta de medicamentos y las dificultades no la detienen. Para ella esto es como una lucha personal. Toda esa fuerza, viene del recuerdo de su hijo Noel, que murió víctima del virus.
“En 1989 casi recién nacido lo operaron del corazón en San Diego. Tenía cinco años cuando me llamaron para decirme que durante la cirugía Noel había recibido una transfusión de una persona con VIH”, relata Vásquez, mientras se le enrojecen los ojos por sus recuerdos. “Sentí que se me venía el cielo encima”, dice mientras va recorriendo la casa de ‘Es por los Niños’ en la colonia Libertad en la ciudad de Tijuana. Ahí a través de donativos ayudan a familias que tienen ‘Es por los Niños’ tiene una tienda con ropa de segunda mano con la que provee a las familias de lo que nece- siten. También venden prendas para ayudar al centro económicamente.
“En ese tiempo saber que tenías el virus era prácticamente una sentencia de muerte”, recuerda.
El inicio de una larga lucha
Vivir con el virus era como enfrentar una pena doble, porque no sólo era algo así como una condena a muerte, sino también porque provocaba la exclusión y el aislamiento. “La gente no quería ni acercarse a uno por temor”, recuerda. En medio de una inmensa sensación de soledad, salió en busca de ayuda y encontró el apoyo que buscaba en UC San Diego.
De repente fue como si el mundo se hubiera abierto de nuevo. “Ahí me di cuenta que no esta- ba sola, éramos muy pocas familias que hablaban español, pero había muchas familias en la misma situación que nosotros, con una gran necesidad de
hablar, de saber qué servicios había disponibles”. “Fui fundadora del primer grupo de apoyo para familias con VIH en español en San Diego. Eramos un grupo de 8 a 10 familias” contó Vásquez.
“Un día yo estaba en la recepción del centro en UCSD, cuando vi un par de niñas que estaban pasando por una situación similar, por lo que me acerque a preguntarles qué necesitaban, entonces me dijeron que venían de Tijuana y que allá las diagnosticaron”, recuerda Vásquez. Ese encuentro le hizo abrir los ojos y darse cuenta de una reali- dad que no había contemplado. “En Tijuana había familias en la misma situación que seguramente no tenían apoyo de ningún tipo”.
“EN ESE TIEMPO SABER QUE TENIAS EL VIRUS ERA PRACTICAMENTE UNA SENTENCIA DE MUERTE”,
Rosalva Vásquez.
Y así fue como Vásquez comenzó a hacer esa labor altruista en la ciudad fronteriza. “Un día un doctor de UCSD me dijo que quería comenzar un programa para la comunidad de Tijuana, por lo que rápidamente organizó un grupo de apoyo para ayudar a las familias tijuanenses.
“Nos instalamos en el 2004 en el Hospital General de Tijuana, ahí se comenzó un programa piloto para poder diagnosticar a muje- res embarazadas que podrían estar infectadas con VIH”, cuenta Vásquez. “Todos los insumos y medicamentos los proporcionaba la UCSD. La necesidad era enorme. Los médicos habían diagnosticado casi 5,000 casos, un índice más alto que en San Diego, por lo que antes esa si- tuación se instauró el programa a nivel nacional que hasta el momento sigue funcionando.
Vivir en el límite
Aunque las expectativas de vida eran mínimas, “mi hijo Noel aprendió a vivir con la enfer- medad”, cuenta Vásquez.
Con una combinación de medicamentos, una dieta estricta y con la claridad de que para poder vivir, necesitaba cumplir con las indicaciones médicas al pie de la letra. Noel lo hizo así hasta durante tres décadas, hasta que se cansó.
“Claro que se deprimía, claro que quería ha- cer las mismas cosas que el resto de sus amigos, de sus compañeros de la escuela”, dice Vásquez.
A los 30 años, su hijo Noel falleció y la invadió una enorme tristeza porque sintió que la enfermedad los había derrotado.
A su hijo le sobrevive un nieto que adora con su alma, y el mismo que le ha dado la fuerza para llevar su ayuda a otros que también la necesitan.
La casita de ‘Es por los Niños’
La casita de ‘Es por los niños’, la cual fue propiedad del doctor Gustavo Aubanel es una donación de la familia del que fuera el primer presidente municipal de Tijuana. “El se enamoró del proyecto y nos donó la vivienda además de 25,000 dólares para que pudiéramos trasladar- la de un lugar a otro y habilitarla”, relata Vásquez.
Ayuda para ‘Es por los niños’
Para realizar donaciones visite la página www.californiaexn.org o enviando cheques pa- gaderos a ‘Es por los niños’ , 3582 Palm Ave. San Diego Ca 92154. Si usted quiere apoyar también puede llamar a Rosalva Vásquez al (619) 417- 5296 o escriba a esporlosniños@gmail.com
ROSALVA VASQUEZ, the binational connection between families facing HIV
“It’s been months since our prescription orders have arrived, this is causing a vital problem and an urgent situation,” said Rosalva Vasquez, Founder and Executive Director from ‘Es por los Niños’, a nonprofit foundation where Rosalva helps as a binational attaché and supporter between families facing HIV on both sides of the border. Rosalva is a tenacious woman used to fighting for others. She doesn’t allow limited access to HIV medications deter her from suppor- ting families affected in the city of Tijuana. The recent change in local government administration has added to the challenge of obtaining adequate medications and support.
For Rosalva, this mission is personal. Since the loss of her son Noel, who lost his battle to the HIV virus, she has been determined to support the cause. “My son was diagnosed with the virus in 1989. He was five years old when I received the call informing me that during surgery in San Diego, he had received a transfusion from a person with HIV,” Ms. Vasquez shared, as her eyes water up.
“I felt the weights of the world coming down on me,” she stated as we toured the facility of ‘Es por los Niños’ on the Libertad neighborhood in Tijuana.
Although life expectancy was short, “my son Noel learned to live with the disease. Via a combination of medication, a strict diet, and the understanding that life depended on following a precise treatment. Which he did, until he became fatigued. “Unfortunately he suffered from depression, he wanted to do the same things as the rest of his friends, and schoolmates,” says Rosalva. At the age of 30, her son Noel passed away. She was overcome with sadness and felt that the disease had defeated them.
His son is survived by her grandson, who is adored and has given many the purpose and strength to bring about positive change.
For many with HIV in Tijuana life expectancy is not that long, and just knowing they are diagnosed with the HIV virus can be a death sentence.
The beginning of a long struggle
“We were formed in 2004 in collaboration with the General Hospital of Tijuana. We began a pilot program aimed at diagnosing pregnant women who might be infected with HIV,” says Rosalva, “most patients were referred by UCSD, almost 5,000 cases were diagnosed. This was a higher infection rate than in San Diego and the work established a national program in Mexico. Through donations, this nonprofit helps families that have relatives battling HIV.
‘Es por los Niños’ House
The location where Rosalva launched ‘Es por los Niños’ was a small house originally owned by Tijuana’s first municipal president, Dr. Aubanel. His estate’s generosity made it possible to begin this incredible work. Dr. Aubanel fell in love with the project and donated the property and $25,000.
In 2004, life with the virus in Tijuana was very difficult, people were ostracized and feared rejection. Rosalva recalls, “people didn’t get clo- se to those with the virus.” Initially, she went set out to establish and support patients at UCSD Medical Center.
“At UCSD, I realized I was not alone, there were several families who mainly spoke Spanish and were in a similar situation”.
“I was the founder of the first support group for families with HIV in Spanish at UCSD, with only 8 to 10 families,” Rosalva said.
“At UCSD, I noticed a couple of girls at the receptionist who seemed to be in a similar si- tuation, I approached to ask about them and was informed they came from Tijuana,” said Rosalva, “These were individuals diagnosed with HIV from Tijuana who surely did not have the necessary support.”
At that point, Rosalva began her activism for the border city. “Today, when a pregnant patient is diagnosed with HIV, they are referred to the support group.
At center expecting mothers with HIV receive support, psychological care, baby formula, and clothes.
For donations visit www.californiaexn.org or send donation to: Es por Los Niños. 3582 Palm Ave. San Diego Ca 92154 or you can call Rosalva Vasquez 619-417-5296 email: espor- losninos@gmail.com