Por María Marín
¿Cuántas veces te ha sucedido que llega a tu vida precisamente lo que estabas evadiendo? Por ejemplo, vas de camino a una cita importante y dices: “no quiero llegar tarde” y, de repente, te encuentras en la carretera con un accidente que provocó tremendo embotellamiento. O tal vez te compraste unos lentes de sol carísimos y piensas “¡estas gafas no las puedo perder!”, entonces, como por arte de magia desaparecen tus lentes Armani y exclamas: “¿Por qué me tiene que suceder exactamente lo que no quería?
Estas situaciones ocurren hasta en el campo del amor. Hay mujeres que dicen: “No quiero hombres casados, pero es lo que siempre atraigo, soy como un imán para ellos”. Estas mujeres, sin darse cuenta ponen sus pensamientos en lo que no quieren y eso es justamente lo que atraen. Esto sucede porque todo aquello en lo que enfoques tu mente, sea bueno o sea malo, lo atraerás a ti como un imán.
Tus pensamientos crean tus emociones, las cuales envían una energía al universo que atrae todo lo que esté vibrando de la misma forma. Es decir, alguien endeudado que solo piensa en sus pagos, atraerá más deudas, y quien continuamente se queja de sus achaques, seguirá atrayendo más enfermedades. Ten cuidado con enfocar tus pensamientos en lo que no quieres, porque atraerás lo que menos deseas.
Si quieres cambiar tu vida positivamente, en vez de dirigir tu atención a lo que te mortifica, te desespera o te da miedo, mejor piensa en lo que deseas y eso atraerás. Es decir, en vez de renegar: “no quiero un hombre vago, tacaño ni mujeriego”, mejor debe decir: “quiero un hombre trabajador, espléndido y fiel”. Concentra tu atención en lo que más anhelas y verás tus sueños hacerse realidad.
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